El canino permanente es el último o penúltimo diente que se posiciona en boca. Su calcificación coronaria inicia a los 4 meses, comienza su erupción entre los 12 y los 13 años, siguiendo un trayecto muy grande, que va desde un sitio anatómico llamado la fosa canina moviéndose hacia adelante, hacia abajo y hacia atrás.
Finalmente termina su formación radicular completa entre los 13 y 15 años, aproximadamente.
El canino es una pieza muy importante dentro de la cavidad oral, ya que cumple varias funciones importantes, tales como su rol en la masticación, aportando estética cuando se encuentra correctamente posicionado y la más importante, su función desoclusiva, la cual se refiere a que gracias a esta pieza se genera el no contacto del resto de las piezas durante los movimientos de lateralidad realizados por la mandíbula, lo que permitiría una correcta función de la dinámica madibular, siendo más favorable para las estructuras anatómicas involucradas.
Lo último cobra importancia sobre todo cuando se pretende rehabilitar o al realizar tratamientos de ortodoncia. Hay ocasiones en que el canino permanente tiene problemas durante su proceso de erupción.
Erupción dentaria
La erupción dentaria es el producto de una serie de complejas interacciones entre la expresión genética del individuo con el medio oral, en todo este proceso hay muchas situaciones que se traducen en la imposibilidad de que esta unidad dentaria erupcione correctamente y quede «incluido». Un canino incluido es entonces, aquel que habiendo completado su formación radicular, no consigue llegar a posición en la arcada en la época esperada, la cual sería 12,3 años en mujeres y 13.1 años en hombres.
La inclusión en los caninos afecta a un 2% de la población, es más frecuente en caninos superiores que caninos inferiores y es más frecuente en mujeres que en hombres en una proporción de 2:1.