Este caso es interesante por varios aspectos, primero porque la paciente en el lado inferior izquierdo tenía un premolar incluido donde la extracción era muy riesgosa (posibilidad de fractura mandibular y anestesia del labio) y estaba contraindicada, por lo que definitivamente se descartaba la posibilidad de rehabilitar ese lado con implantes, en el lado derecho tenía unas prótesis fijas en mal estado, con lesiones apicales sin posibilidad de retratamiento con un pronóstico sensato, sin embargo, las raíces tenían “hipercementosis” o engrosamientos radiculares que hacían su remoción de alta complejidad; sumado a esto, la paciente no quería quedar con dientes y debido a una extracción antigua de un canino incluido tenía poco hueso en esa zona. Como la cirugía requeria de extracciones múltiples con injertos de seno maxilar y de contorno era preponderante la posibilidad de carga inmediata para mejorar el éxito del tratamiento. Todo esto se conversó y se tomó la decisión de hacer el tratamiento con todas las consideraciones ya mencionadas y con sus respectivos riesgos asociados.
La paciente se entregó, fue una conexión especial porque efectivamente fue muy difícil la cirugía, pero afortunadamente todo salió excelente, tal cual se planificó y logramos finalizar airosamente el tratamiento, con un resultado honesto pero de buen pronóstico, la paciente quedó satisfecha y nosotros muy contentos.
Ahora la paciente ya no usa prótesis removible y de a poco se va acostumbrando a sus dientes fijos, por fin, después de tanto tiempo, puede masticar y sonreír con seguridad.